En
nuestro cine fórum de junio tuvimos la oportunidad de disfrutar de una película
francesa de 1966, verdadero “furor”
internacional en su momento: Un hombre y una mujer. Dirigida por
un muy joven (29 años) Claude Lelouch, ganó el Oscar a la mejor película
extranjera y al mejor guión. También se llevó una merecida Palma de Oro del
Festival de Cannes.
Un hombre y una
mujer es
sin duda un film de emociones, con un sonido más importante que las palabras,
tan encantador como los paisajes de las playas de Deauville. Criticada por
algunos como un ejercicio de estilo y por otros por su falta de complejidad
emocional, es sin embargo para muchos una
historia de amor muy mágica, la historia de dos viudos jóvenes que se conocen
en el internado de sus hijos.
Si
nos preguntáramos cómo se logró esa magia podríamos decir que contribuyeron a
ello las estupendas actuaciones de Anouk
Aimée y Jean-Louis Trintignant , la buena química existente entre ambos, las
técnicas de filmación usadas por Lelouch,
la música de Francis Lai y de la bossa nova brasileña y por supuesto la
construcción de la historia de amor en sí misma.Estamos
en los años 60, unos años después de la famosa Los 400 golpes de
François Truffaut o de Hiroshima
mon amour de Alain Resnais y de la eclosión de la Nouvelle Vague en
Francia. Para los directores de esta nueva corriente cinematográfica era
necesario retratar la realidad de un modo verosímil, usar
la cámara de una determinada forma, privilegiar al director como
verdadero creador del film (cine de realizadores, no de guionistas), tener
siempre presente la espontaneidad, con grandes dosis de improvisación tanto en el guión
como en la actuación, el hacer una
película con muy poco dinero y con mucho entusiasmo. Buscaban en síntesis la
ruptura con fórmulas anteriores y una mayor libertad de expresión.Si
bien Lelouch no es en sentido estricto un director de la Nouvelle Vague su
manera de filmar Un hombre y una mujer y sus planteamientos tienen varios
aspectos en común con ella. Rueda cámara en mano, usa una técnica casi
artesanal, con un muy reducido equipo
técnico, procura de sus actores una interpretación parcialmente improvisada, recurre
frecuentemente a nuevos movimientos de
cámara como por ejemplo el travelling en las escenas de coche y usa
muy poco tiempo para el rodaje. Cámara
en mano y contando con la sensualidad y
encanto de Anouk Aimée y Jean-Louis Trintignant, Lelouch elabora un film romántico de una simplicidad desconcertante. Nos dice cómo crece el amor y cómo se
construye una relación contándonos en largos flashbacks el pasado de los
protagonistas, mezclando escenas en
blanco y negro con otras en color.
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Animada tertulia sobre la película |
Un hombre y una
mujer no
dejó
indiferente a los asistentes de nuestro cine fórum y llevó a
reflexionar sobre varios aspectos del film. Así la manera de presentar el
pasado de los protagonistas fue visto por algunos como no bien equilibrado, se trataría de un film masculino que mostraría
solamente el punto de vista del hombre. Esto
condujo a considerar las distintas actitudes de la mujer y del hombre frente a
la muerte de su pareja. Mientras que al personaje de Anouk Aimée le resulta
difícil superarla, el de Trintignant
parece llevarla sin demasiados poblemas o por lo menos poco se muestra de la
situación afectiva previa del hombre. ¿Tiene la mujer tal vez más sentido de la
fidelidad? ¿Cómo da cada uno los primeros pasos para encarar una nueva
relación? La escena de los protagonistas
comiendo en un restaurante y el desenfado encantador de Trintignant o el
telegrama que envía Anouk Aimee cuando él gana el rally de Montecarlo usando el
respetuoso usted del idioma francés nos darían algunas pistas.
Pero
también se habló mucho de su fotografía preciosa, con movimientos de cámara
envolventes muy vinculados a la música de Francis Lai, con imágenes que hablan
por sí mismas, como aquellas del hombre y el perro primero en la calle y luego
en la playa, que llevó luego a discurrir sobre la famosa frase “entre un perro y el arte,
prefiero el arte” o “prefiero el perro”?
Si
bien se puntualizó que tal vez ahora resulta un poco lenta y con demasiados
coches, la película nos muestra cuan
icónicos fueron los años 60, ello reflejado en por ejemplo el vestuario de la
protagonista (su abrigo emblemático de la época, o sus zapatos y bolso Chanel),
o el glamour que rodeaba al mundo de las
competencias automovilísticas.Película
denostada por algunos intelectuales franceses cuando ganó la Palma de Oro de
Cannes, sin embargo Un hombre y una mujer sigue viva en los recuerdos y las
emociones de quienes la vieron hace muchos años, admirando sus imágenes de gran
belleza tanto de Deauville como de Paris y Montecarlo, su música, la increíble
sensualidad y expresividad de Anouk Aimée, el nacimiento de una relación
amorosa que no sabemos cómo terminará, pero que tiene sin duda un gran
comienzo. En resumen, una película inolvidable.
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Como siempre una deliciosa merienda |
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Empezamos el cine forum |
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Y seguimos charlando....
Como siempre nuestro agradecimiento al
Dr. Carlos De Sola -Director del Instituto de Enfermedades Digestivas y del Hospital Banús por cedernos el espacio.
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Redacción: Cristina Malena
Me están entrando ganas de sacar tiempo de debajo de las piedras para poder ir a los cineforums.
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