La Asociación de Mujeres Universitarias de
Marbella acaba de terminar su seminario “Historia del Mueble” que con tanto
acierto ha rematado su profesora Lucía Reigal Fernández y tanto provecho ha
supuesto para las asistentes. En palabras de nuestra presidenta se subraya:
“Me
parece acertado el enfoque que le ha dado la profesora sobre el mueble en
Andalucía y me gustaría resaltar la figura de Jaime Parladé, por su
importancia, por crear escuela en Marbella y por su buen hacer en el mundo del
mueble y la decoración. Por eso la Asociación ha querido hacerle un homenaje,
ofreciendo una sesión más, como nuestra "Fiesta fin de curso" visitando
su casa y su obra gracias a que su sobrino Andrés y su mujer Rocío han sido muy
generosos y amables permitiéndonos la entrada en ella. La visita fue ayer, a
las 17.30, hora mágica de luz. Disfrutamos muchísimo y terminamos con un
pequeño cóctel en el Restaurante Alcuzcuz”
A las asistentes les
ha parecido pertinente reproducir aquí la última sesión:
ANDALUCÍA, EL MUEBLE ANDALUZ Y LA FIGURA DE JAIME PARLADÉ
A raíz de la
comprensión del proceso de construcción de la idea de Andalucía en
la historiografía se
ha puesto de relieve la universalidad que la caracteriza, entendiéndola
de una forma
dinámica, con carácter multidimensional, como conjunto de subculturas. El
esquema histórico
básico para comprender esta conformación histórica queda compuesto
por la Bética
romana, los siglos musulmanes marcados por la figura de Al-Andalus y
hechos culturales y
militares como la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), las
capitulaciones del
reino vasallo de Granada (1491-1492) y la rebelión de las alpujarras
(1568). La imagen
internacional vino de la mano de escritores, románticos, viajeros del
siglo XIX y soldados
franceses cuyas descripciones bascularon entre lo testimonial y la
fantasía. La
contribución intelectual quedó marcada por la “España de pandereta” (que
no era otra que
Andalucía), las experiencias del exilio de los intelectuales del siglo XX o
la “Teoría de
Andalucía” de Ortega y Gasset. De entre el conjunto de intelectuales,
destacaremos dos
autores y sus respectivas obras: Joaquín guichot y su Historia General
de Andalucía (1870)
y Blas Infante con su obra Ideal Andaluz (1915). Desde el punto de
vista académico, es
fundamental la cuestión de la tierra, llegando Eric Hobsbawm a
determinar a
Andalucía como la “Sicilia de España” por sus contundente protestas de
raigambre anarquista.
Desde la perspectiva cultural, figuras centrales como las litografías
vinculadas al arte
flamenco de Francisco Lameyer (1847), la poderosa Carmen de Prosper
Merimée (1845) o la
expresión folklórica del rock andaluz y el cante jondo, ambos
vinculados a los
movimientos sociales por la autonomía andaluza.
A pesar de haber
ganado espacio y peso la idea de Andalucía como elemento de
naturaleza
particular, siempre vinculada a la propia idea de España, la propia afirmación
de un estilo
propiamente andaluz en la historia del mueble es discutible. Es una cuestión
que ha analizado
Rafael Fernández Paradas en su obra Historia de la Historia del Mueble
(2016). A través de
su obra podemos estudiar la historiografía disponible sobre el mueble
en Andalucía, así
como un análisis pormenorizado del conjunto de autores y autoras que
han abordado esta
cuestión. La principal autora que podemos destacar es María Mercedes
Fernández Martín, la
cual establece que Andalucía es espejo de Europa. De esta manera,
conforma al mueble
andaluz como una realidad plural de modas, personas y tendencias
artísticas europeas
que llegaron a los puertos de Sevilla o Cádiz. Muebles que hemos
podido estudiar a
través de los museos del Patronato de la Alhambra, la Mezquita de
Córdoba, la Casa de
los Medina Sidonia o el Metropolitan de Nueva York.
Hemos podido
destacar la decoración o técnica de Taracea (Tarsia), de la cual
podemos registrar
sus orígenes desde el siglo XV. En ella podemos ver el gusto por la
decoración colorista
y reiterativa de tipo mudéjar de la arquitectura mobiliar. Está basada
en incrustar
diminutas piezas de diferentes maderas selectas en combinación con otros
materiales como el
hueso, el marfil, el carey o el nácar, incluso, placas de plata. Piezas
centrales para su
estudio son: el mimbar de la Mezquita de Córdoba, el sillón de cadera o
Andalucía, el mueble
“andaluz” y la figura de Jaime Parladé 2
Jamuga, así como las
puertas de alhacena de la desaparecida casa de los infantes (Palacio
de Cetti Meriem,
finales del siglo XIV – principios del siglo XV).
Andalucía como en
enclave comercial internacional
La figura de la Casa
de la Contratación en las ciudades de Sevilla y Cádiz da
sentido a la propia
naturaleza de enclave internacional comercial. Los muebles que
podemos encontrar a
lo largo de los siglos XVII y XVIII en Andalucía eran de los estilos
historicistas
encargados por la Corona y la nobleza en base a las modas europeas. Símbolo
del comercio del
mueble, fundamentalmente el extranjero, son las ordenanzas dadas en
Sevilla y Granada,
las cuales fijaban los establecimientos dedicados exclusivamente a la
fabricación. Además,
recogían el conjunto de protestas de la alta presencia de obras y
distribuidoras
extranjeras. Destacaremos una casa comercial y proveedora fundamental:
Forchoudt de Amberes
(principal proveedor del siglo XVII con sedes en Sevilla, Lisboa
y Bilbao). Felipe II
potenció el gusto español por el mobiliario europeo, principalmente
el italiano, lo cual
tuvo como consecuencia una potenciación de la ebanistería. Símbolo
de ello es la propia
Biblioteca de El Escorial.
De este las figuras
de mayor presencia destacamos el barqueño portugués, el
estrado femenino con
una gran presencia del uso de las ropas de casa y las cajonerías y
escritorios
diseñados con motivos decorativos de una gran naturaleza litúrgica. Si
hubiéramos de
establecer un rasgo significativo del mueble en Andalucía es el propio
tratamiento de la
luz con el uso de las cerámicas y las maderas utilizadas. El uso de telas
para vestir las
casas era una práctica decorativa esencial para la casa barroca andaluza y
española, la cual se
debe comprender como un lugar prioritariamente destinado a
pernoctar.
La capacidad de
combinar el conjunto de elementos definitorios del posible estilo
andaluz nos introduce
en la figura central y coetánea de Jaime Parladé en Marbella.
Parladé se consagró
como un diseñador capaz de crear una decoración armoniosa basada
en la combinación de
los diferentes estilos históricos del mueble europeo, el tratamiento
de la luz a través
del color, el uso de telas coloridas o el peso comedido de la raíz
orientalista. Como
decorador, diseñador y crear consagró su expresión por el gusto,
siendo un elemento
central su observancia de los ambientes y enclaves territoriales de sus
creaciones. Combinó
el charme francés, la sofisticación británica, la pasión oriental y una
base de alegría
andaluz. Destacamos sus diseños para el Marqués de Riscal, el color verde
parladé o la Casa de
la Moraleja en Madrid. Pero, sobre todo, su casa en Marbella:
Alcuzcuz.