La Asociación de Mujeres Universitarias, en
su objetivo de atender la cultura en su zona de influencia, realiza una gran
cantidad de eventos culturales, entre otros, una tertulia literaria en el
Marbella Club que este mes ha tenido como protagonista al genial Borges y a su
no menos impresionante recopilación de cuentos “El Aleph”.
En esta ocasión hubo una generalidad de
opiniones en cuanto a varias cuestiones:
La primera es que la obra de Borges no es
fácil de leer, pues son incontables los momentos en que el autor hace
revisiones o citas de obras clásicas y modernas, de las más sesudas e
intelectuales. De esta manera, hubo socias que confesaron haber leído la colección
en sus tiempos adolescentes y ser ahora conscientes de no haber detectado más
que de las sensaciones angustiosas referentes a la infinitud, el
desconocimiento de lugares y el planteamiento profundo de las grandes
cuestiones del ser humano a través de historias de unos protagonistas que nos
parecieron recién inventados. Pero, pese a todo, en ese nivel de lectura
también se puede disfrutar.
Ahora, con una lectura más madura, algunas
contertulias han podido detectar que cada frase, cada palabra, pertenece al
universo de Borges, su léxico, sus citas, sus historias, beben de las fuentes
de los más renombrados filósofos de todos los tiempos, beben de su biblioteca.
Y, aunque, parezca que el autor es enrevesado o barroco, no hay nada más lejos
de la realidad, él era un extraordinario erudito y vivía entre Aristóteles,
Joyce, Platón, Sócrates… de la misma manera que otras personas viven inmersas
en la filatelia o en el hard-rock, no es pedantería, es su realidad y por eso
la cuenta con las herramientas que tiene.
Se habló largo y tendido sobre el Aleph
como punto donde se concentra todo, una idea filosófica-surrealista propia del
Bosco o de Dalí, que fueron mencionados como artistas pictóricos cuya mente
debía funcionar de una forma parecida al escritor en cuestión.
También conseguimos extraer el concepto de “la
nada” que tanto inquieta en la lectura de frases musicales, con un estilo
inglés de ritmo interno y que aún da más sobriedad existencial a los conceptos
aterrantes del vacío, la desaparición, la dolorosa inmortalidad, el infinito, lo
oscuro, el engaño, soportados por un vocabulario preciso y exquisito de un castellano
maravilloso con mucha carga argentina. Sin embargo, cuento tras cuento, podemos
apreciar la esperanza puesta en que en el centro, en el Aleph se concentra
todo, una genialidad de intelectual que pone al hombre como centro de todas sus
reflexiones.
Esta lectura nos ha apasionado a muchas de
las asistentes, por el reto que supone y el conocimiento de que su lectura
ganará con los años, con la formación permanente en el campo de las letras y en
el de la vida. Otras socias han reconocido la altura intelectual del autor y se
han sentido abrumadas ante ella, por lo que no muchas participantes
consiguieron leer el libro completo o no fueron capaces de dejar de mezclar los
relatos.
Hemos apreciado también en varios cuentos
el uso del metalenguaje al hablar de cómo se escribe y cómo no hacerlo. Borges
denosta lo que algunas socias llaman el “bla,bla, bla” al que se dedican muchos
autores que en muchos casos están vendiendo libros como churros. Él, en cambio
no se conforma con contar una historia, nos trasmite su conocimiento, nos reta,
nos alienta a buscar nuevas lecturas y a tener momentos de reflexión personal
sobre las grandes preocupaciones del hombre, las que han acosado a los
filósofos desde los orígenes del hombre.
Nos pareció un guiño a los autores de
siglos pasados, como Chaucer, el hecho de utilizar una historia dentro de otra
historia, oralidad para contarnos
cuestiones con una libertad propia del que se aleja objetivamente del
protagonista.
Hubo una opinión que comparó la colección
de cuentos al “Ulises de Joyce”, la contertulia pensaba que por su dificultad y
por la revisión de un clásico. La verdad es que Borges estudió al irlandés y
hay incluso una conferencia de él sobre esta compleja obra en youtube de gran
interés. Pero Borges, de quien estaba enamorado era de Cevantes y sin
proponérselo se ha convertido en un mito literario contemporáneo del orden de
Federico García Lorca, sobre todo en ambientes intelectuales anglosajones.
Finalmente, alguien actualizó el concepto
de Aleph y lo comparó con Internet, “Todo está en el Aleph y todo está en
Internet”. Yo me quedo con: “cuando se acerca el fin, sólo quedan las palabras”,
“ser una cosa, ser otra, ser algo con un
nombre, es no ser nada”, “el todo está en cada parte, todo está en todo que es
la parte central, el Aleph”, o ”Si Dios puede cambiar el pasado, debe hacerlo”.
La próxima tertulia será el 11 de Julio y
hablaremos de “Padres e Hijos” de Iván Turguénev, tenemos tarea!!!
Muy buen resumen de la reunión e instructivo. Gracias Ana Eugenia.
ResponderEliminarYo añadiría que para mí El Aleph es también ese punto onírico que contiene todos las facetas y experiencias de cada ser humano y que sirve de inspiración a poetas, escritores, pintores y artistas en general. Feliz verano a todas!
Ey! Elena me encanta tu aportación es por eso que te necesitamos, no te hagas tan cara de ver, jeje
EliminarEy! Elena me encanta tu aportación es por eso que te necesitamos, no te hagas tan cara de ver, jeje
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