De
Frau Münchgstettner a Jasmin
La última sesión de cine fórum, con un lleno hasta
la bandera tuvo un sabor muy especial.
Tuvimos la suerte de ver y experimentar una de las
películas más bellas de los últimos tiempos, clasificada, como nuestra experta
en Cine Marian Matachana nos explicó,
como "película de culto": Bagdad Café, producción Alemana del Oeste- Estados Unidos
de 1987 del genero Comedia – Drama y dirigida por Percy Adlon
La presentación, corrió a cargo de Marian Matachana
y Cristina Malena: ambas ensalzaron las muy diversas virtudes de la película en
cuanto a su música, argumento, interpretación, técnica cinematográfica y valores morales, que concurren en esta
película.
Elogiaron igualmente las interpretaciones de los dos
magníficos personajes de Brenda, que
regenta el bar de carretera donde la
acción transcurre, y de Jasmine, la protagonista, cuyos trabajos hicieron las
delicias de todas nosotras.
Jasmine va desnudando su cuerpo y su alma dejando
salir su verdadero ser. Todo se vuelve mágico en ella, todo fluye en ese
increíble proceso de transformación con la magnífica música envolvente.
En el coloquio, se destacaron varios elementos
icónicos, como la aireada pluma del sombrero de Jasmine, sus zapatos, testigos
de lo que fue y no volverá a ser…
Se destacó el papel importante de la cafetera de
Rosenheim y el de la caja de magia.
También llamó la atención la impecable actuación del
sheriff con sus trenzas e inflexible cumplimiento de la ley.
Se comentaron los silencios tan significativos y
ricos de la protagonista que decía más
con ellos que con sus palabras
Por no hablar del hijo pianista, o el bebé tierno y
maravilloso…
O el marido, Sal, que se mantiene al margen, mirando
envidioso la transformación del establecimiento, y cuyas únicas palabras eran “
Brenda, Brenda…”
Y el final impecable en el que, después de pedirle
Rudi matrimonio a Jasmine, ésta le contesta que tiene que preguntarle a Brenda…
En fin, un película redonda sobre el crecimiento
personal, sobre el cambio, el re-descubrirse, el ir quitándose capas para que
emerja lo más auténtico de uno mismo.
Y así, también salió
lo mejor de nosotras mismas pues el ambiente fue extremadamente cordial
y dicharachero, partiendo todos con una sonrisa dulce en los labios.
Es el tipo de
película que dejan una sonrisa en la boca y que tienes ganas de seguir
saboreándola…tanto es así, que se la llevó otra socia para volver a verla….
Texto de Eloisa Sánchez Amillategui y Mercedes Osorio
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