viernes, 15 de junio de 2012

Impedimenta

Queridas amigas y socias:
Hace unos meses que tengo conocimiento de una editorial joven y de un gran calidad. Se llama Impedimenta y se dedica a rescatar a los mejores clásicos así como a los más renombrados del panorama actual. En palabras de su editor, Enrique Redel, el objetivo es "redescubrir aquellas obras literarias esenciales para poder disfrutar de nuestro largo camino como lectores".
Algunos de los títulos que más me han llamado la atención son:
Westwood, de Stella Gibbons. 460 páginas. 27,95 euros.
Sinopsis: Ambientada en el turbulento y bombardeado Londres de la Segunda Guerra Mundial, Westwood narra la historia de Margaret Streggles, una joven de aires janeaustenianos, con un talento innato para pasarse el día en las nubes, un temperamento romántico y todo tipo de aspiraciones culturales. Su madre insiste en que «no es el tipo de muchacha que atrae a los hombres», justo lo opuesto a su amiga Hilda, una cabecita loca capaz de sonreír y flirtear sin tregua en una ciudad marcada por las tribulaciones y penurias de la guerra. Pero la existencia de Margaret cambia por completo cuando encuentra por casualidad una cartilla de racionamiento en Hampstead Heath y, con ella, todo un mundo de intelectuales, artistas y aristócratas, encarnados en la figura del pintor Alex Niland y de su suegro, el famoso e insolente dramaturgo Challis.  Comienza a leer la obra.


-Las novelas tontas de ciertas damas novelistas, de George Elliot. 62 páginas. 12,50 euros
Sinopsis: Sin cortapisas, sin reservas impuestas por los convencionalismos sociales y culturales de su tiempo, con un sarcasmo feroz y la agudeza intelectual que le es propia, George Eliot pasa implacable factura en Las novelas tontas de ciertas damas novelistas a los desaciertos de la narrativa más ramplona de algunas afamadas escritoras de su época. En el que fuera su ensayo más célebre, cuyo tema sigue despertando polémica en nuestros días, la genial autora inglesa plantea sus tesis con un toque de ironía a partir de ejemplos representativos de los argumentos predecibles, los personajes falseados, los estilos remedados y los diálogos inverosímiles que ciertas damas novelistas pusieron al servicio de sus pretensiones moralizantes, prosaicas o, directamente, jactanciosas.
-La librería, de Penelope Fitzgerald. 192 páginas. 18,40 euros.
Sinopsis: Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.


-El pequeño salvaje, de T. C. Boyle. 128 páginas. 16,95 euros.
Sinopsis: en la novela se narra, de modo desgarrador, la historia del célebre niño salvaje de Aveyron, quien a principios del siglo XIX atemorizó y luego fascinó a toda Francia por tratarse de uno de los raros ejemplares de niño asilvestrado y criado entre bestias. A finales de septiembre de 1797, en los bosques del Languedoc francés, tres cazadores hallaron a un niño errante, completamente desnudo, hirsuto, que adoptaba los modales de un animal. Aparentaba unos ocho o nueve años. Una vez capturado, empezaría su peregrinación por la Francia recién salida de la revolución, recalando tanto en instituciones mentales como en refinados salones, donde constituiría poco menos que una atracción de feria.
-Un hombre que duerme, de George Perec. 136 pág. 15,60 euros.
Sinopsis: Novela cumbre de la «Literatura Bartleby», auténtico símbolo generacional, Un hombre que duerme narra la peripecia de un estudiante que decide no levantarse de la cama el día de sus exámenes de Sociología, abandonar sus estudios, romper toda relación con amigos y parientes, y recluirse en sí mismo y en su chambre de bonne, donde todo es gris. Más tarde se dedicará a deambular incansable por París, a ir al cine, a leer los titulares de los periódicos, pero como lo haría un sonámbulo. Para el estudiante todo forma parte de una vaga estrategia encaminada a alejarse de los deseos materiales, de la ambición y de su dependencia de los objetos, los ambientes, los sonidos y aromas de París, la ciudad que lo ha acogido y que lo acabará fagocitando.

Espero que las propuestas literarias os gusten. Si queréis curiosear otros títulos de la editorial podéis hacerlo directamente en Impedimenta.
Por cierto, si nos decidimos a leer Westwood podríamos invitar a nuestra tertulia a una de sus traductoras, Carmen Torres, que vive en Marbella para que así nos comentara el proceso de traducción y otras anécdotas.

Sara Roma,
Directora de Comunicación
mujeresuniversitarias@gmail.com 

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