De
nuevo nos dimos cita en casa de Eloísa para ver esta magnífica película,
elección muy acertada por parte de nuestro “gremio de expertas”. Cristina
Malena empezó su intervención, dando las gracias a Eloísa Sánchez-Amillategui
por brindarnos su generosa hospitalidad; luego tomó la palabra Blanca Molet, para informarnos del próximo
curso de AMUM, que tendrá lugar del 11 de enero al 15 de marzo de 2017 y
versará sobre la “Porcelana y su Historia”. Nos animó a acudir a él pues es un
tema novedoso que seguramente será del gusto de todas.
A
continuación Cristina hizo una breve introducción a “Good Bye, Lenin”,
tragicomedia alemana de Wolfgang Becker, director de cine poco conocido, que se
proyectó por primera vez en el año 2003. Destacó la brillante interpretación de
Daniel Brühl, nacido en Barcelona de madre española y padre alemán, y de Katrin
Sass, que hace de su madre. La acción se sitúa en 1989 en la Alemania oriental,
en el momento de la caída del muro de Berlín. Cristina destacó cómo este hecho
trascendental afectó a los distintos protagonistas, el papel que juega en la
trama el engaño y la mentira, los vínculos afectivos entre madre e hijo, la
comunicación manipuladora, etc., pero no quiso explayarse mucho más, pues en su
opinión lo importante era empezar a ver la película. Y no le faltaba razón,
porque la película nos gustó mucho y nos impactó a todas. A una de las alemanas
presentes se le cortaba la voz al hablar de esta época tan dura para Alemania,
que la mantuvo partida en dos durante cuarenta años, con terribles
consecuencias en todos los campos: familias separadas, matrimonios rotos,
sistemas capitalista y comunista enfrentados con evoluciones completamente diferentes,
cuyas huellas aún se sienten.
Octubre de 1989 no era el mejor momento para
entrar en coma, y eso fue lo que le ocurrió a la madre de Alex, mujer fanática
y orgullosa de sus ideas socialistas. Cuando despierta del coma ocho meses más
tarde, de “su” Alemania no queda ya ni rastro, pues con la caída del muro de
Berlín se produce el absoluto triunfo del capitalismo sobre el comunismo. Para
que la madre no se enfrente a tan dura realidad, su hijo se las arregla para
convertir su habitación en una especie de museo del socialismo, una “isla
anclada en el pasado”, obligando a la gente de su entorno a mantener la farsa. Alex
está dispuesto a todo con tal de que su madre no note el derrumbe de su ídolo,
Lenin, a quien sus “camaradas” le ha dicho ya “good bye”. Se comentó que la película mostraba magistralmente
los errores de aquel régimen comunista, falto de libertades y de evolución, y
que estaba abocado al fracaso. Gustó mucho la simbiosis con la historia
familiar, llena de afecto y cariño, pese a la dureza de la situación; una oda
al amor filial, como dijo una de las presentes, lo que hace que la película sea
tierna, emotiva y divertida a la vez. Era tal vez la mejor manera que encontró
el director de salvar algo de aquella Alemania del Este: en esa parte los
vínculos familiares eran efectivamente mucho más
estrechos. En resumen, una película excelente y una tarde estupenda para todas.
¡Gracias
AMUM!
Charo
Salas
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