martes, 16 de mayo de 2017

La Tentación Vive Arriba de Billy Wilder

Con este título tuvimos nuestro


 cinefórum AMUM de mayo


Título, en España, de “The  Seven Year Itch, película de la Fox dirigida por Billy Wilder en 1955.
La película es la adaptación de un gran éxito de Broadway, del mismo título, estrenada en 1952 y cuyo autor, George Axelrod, colaboró con Billy Wilder en la adaptación de guión. Aunque hay diferencias significativas. La obra teatral es una sátira social subida de tono, con diálogos picantes llenos de doble sentido y el protagonista tiene un romance con “la vecina”. En la película, Wilder tuvo que hacer frente a la censura ( código Hayes) y suavizar diálogos y alterar la trama, de forma que el marido sólo fantasea con tener una aventura.
La trama surge de la unión de tres situaciones en las que se ve atrapado el protagonista: la picazón del séptimo año, está de rodríguez y la aparición de una nueva y espectacular vecina. Quiere convencerse de que será capaz de vivir, la ausencia de la familia, sin alcohol, sin tabaco y sin mujeres. Pero las condiciones son demasiado propicias para no caer en la “tentación”.
Los protagonistas son Richard Sherman, típico hombre de clase media americana (entrando en la cuarentena) interpretado por Tom Ewell. Wilder había propuesto a Walter Matthau, pero la Fox no se quiso arriesgar y eligió a Tom Ewell, que había tenido un gran éxito en la versión teatral. Y la vecina sexy y desinhibida que interpreta Marilyn Monroe. ¿ Cómo se llama la vecina?. No tiene nombre. Otros personajes secundarios son el profesor Brubaker ( parodia de Freud y del sicoanálisis) y el portero, Kruhulik, cuya mente “carcomida por las polillas” sólo le da para obsesionarse con los “ligues”.
La banda sonora es de Alfred Newman (“ Que verde era mi valle”, “ Eva al desnudo”)
No es una de las obras mayores de Wilder ( “ El crepúsculo de los dioses”, “El apartamento”, “ Con faldas y a lo loco” ). Cuando le preguntaban sobre ella contestaba “ Nunca me gustó”. Pero la genialidad del director consigue una de las comedias más divertidas y entretenidas, que hace, desde el principio, las delicias del espectador. Reivindica el enredo, el amor, la diversión.
Richard Sherman tiene una imaginación prodigiosa. Su mujer dice que hasta piensa en Cinemascope. Y recrea y fantasea con protagonizar escenas de las novelas que edita, como “El retrato de Dorian Gray, o escenas de películas, como la de la playa, inspirada en “ De aquí a la eternidad” , de Fred Zinnemann. Y su personaje es fuente de inspiración para la filmografía futura de Woody Allen. Sherman es parecido al estereotipo creado por Allen para sus obras.
Como tuvimos la suerte de poder ver la película en versión original, con subtítulos en castellano, pudimos disfrutar no sólo de la interpretación de Marilyn Monroe, también de su voz. A propósito de su forma de interpretar, Wilder comentó en una entrevista: “ Da igual lo que sufrieras intentando sacarle los diálogos como si fueras un dentista, cuando lo conseguía parecían realmente espontáneos”. En esta película, aunque sigue interpretando su papel de sexy ingenua, tiene poco de tonta. Es ella la que hace bajar a Sherman de las nubes y le enseña a gozar de la vida, sin que ello suponga transgredir normas, ni traicionar a nadie.  
La película recrea muy bien la atmósfera de un agobiante verano neoyorkino. En realidad, se le podía considerar el verdadero hilo conductor de la trama. De ahí la importancia que tiene el aire acondicionado,las bebidas frías, la bañera, la ropa interior interior en la nevera… y cómo no, los respiraderos del metro. ¿Quién no conoce la escena de Marlyn sobre el respiradero del metro de Nueva York? Es uno de los principales iconos del cine. Se rodó el 15 de septiembre de 1954. La una de la madrugada. Esquina de la Avenida Lexington con la calle 52. Había más de cinco mil curiosos. La gente gritaba, lanzaba cosas a Marilyn. Y el propio Wilder los animaba. Incluso había colocado gradas…Al parecer, el rodaje de esta escena pudo influir en la ruptura del matrimonio de Marilyn y Joe DiMaggio.
Como en su presentación, extensa y muy documentada, Garbiñe nos animó a descubrir, en la película, los conocimientos técnicos que vamos adquiriendo en el seminario, nos resultó fácil identificar que el remo era el mcguffin, los patines, que “acechan” y hacen caer al protagonista, el slap stick. La cámara se coloca a la altura de los ojos. La suplantación, tan del gusto de Wilder, aquí es de personalidad, la dualidad de Sherman

Se comentó que los “rodríguez” se dan en todas las escalas sociales. El señor Brady, jefe; Sherman, su empleado y Kruhulik, el portero. Que la que envejece, según el protagonista, es ella. Que con la imaginación, Sherman es irresistible con las mujeres, pero cuando se le presenta una situación real, no da la talla. Se hizo alusión a la elección de Wilder del Concierto nº 2, de Serguéi Rajmáninov y se justificó por ser autor romántico. Aunque puede haber otra interpretación. Puede ser un guiño del director a su querida “Breve encuentro”( David Lean, 1945). Melodrama clásico en el que suena , en exclusiva y de principio a fin, dicho concierto. Muy adecuado para un melodrama, pero ridículo para ambientar una escena de “ligue” y “motivar” a la vecina.
En cuanto a la influencia del código Hayes en la película, la hemos visto en la elaboración del guión; en la crítica continua del protagonista a toda la hipocresía que hay detrás de ese código; en algunas escenas: Marilyn bajando la escalera con un camisón que habla por sí solo. Ya se entiende que no habrá adulterio. Y, sobre todo, en el final, que alguien calificó de “apañado”. Los sueños de seducción se esfuman para dar paso a un tópico ataque de culpabilidad. Sherman vuelve a la esposa, con el remo a cuestas…Y con un beso de Marilyn,  como mensaje para su mujer, para que empiece a apreciar lo que tiene. Aunque tampoco es un final totalmente conservador. Esos días cambiarán la idea que Sherman tenía sobre sí mismo
Pasamos una tarde muy especial. Por la película, aun vigente. Las risas y carcajadas se pudieron oír de principio a fin. Por los muchos e interesantes comentarios. Por el lleno total. Y, sobre todo, por disfrutar de buena compañía, en esta ocasión también masculina. ¡Cómo se les iba a privar de la “vecina de arriba”!
 Nuestras gracias al Dr. Carlos De Sola -Director del Instituto de Enfermedades Digestivas y del Hospital Banús por cedernos el espacio.

                                                        Redactado por Trinidad Gonzalo.



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