viernes, 18 de septiembre de 2015

Nuestro Cine Fórum de Septiembre

Con este espectacular testimonio-película llenamos de nuevo el salón de nuestra generosa socia, Eloisa Sánchez Amillategui. Gracias Eloisa.


“El cine, por naturaleza, tiene la capacidad de emocionarnos y hasta de modificarnos. Es entretenimiento, pero también reflexión”  (Pablo Trapero, director de cine argentino, ganador del León de Plata en el último festival de Venecia)

Y así fué. Hablamos y debatimos desde el respeto, temas tan delicados como la Teología de la Liberación, la violencia institucional,La Iglesia de los Pobres, el pecado social, las dictaduras en América Latina , la política exterior de EEUU y un largo etc




La presentación y el debate fueron espléndidamente conducidos por nuestra socia Cristina Malena. He aquí su presentación :




                                                                        Romero


La película que visionamos, producción de los padres paulistas de Estados Unidos, nos emocionó, nos hizo pensar y reflexionar. Nos conmovió profundamente esta historia de los tres últimos años de la vida de monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de El Salvador asesinado por un escuadrón de la muerte el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa. 
Romero,  quien fue declarado mártir de la Iglesia Católica en febrero de 2015 y beatificado unos pocos meses después, no era solo el líder espiritual de El Salvador sino también al momento de su muerte un fuerte crítico del gobierno autoritario de turno, gran defensor de los derechos humanos, destacado por su apoyo y reivindicación de los más desfavorecidos.  Considerado “moderado y confiable” por la élite gobernante al ser elegido arzobispo, la película nos muestra su viaje espiritual y su conversión paulatina  en medio del terrible conflicto salvadoreño. Romero no es una narración del conflicto en El Salvador, aunque describe bien una situación compleja (lo hace con honestidad y de una manera por momentos poderosa) sino que se diría que es el relato de cómo Romero aprende una nueva Cristiandad o cómo usar su antigua Cristiandad en una situación diabólica.
En ese recorrido monseñor Romero  es acompañado por campesinos, militantes laicos y sacerdotes muy compenetrados con el nuevo espíritu de la Iglesia, que contribuirán a que él emprenda un nuevo camino.
  La película nos llevó a recordar el contexto político de América Latina y los cambios que se estaban produciendo en la Iglesia Católica en esos momentos.
A finales de los años 60 y a mediados de los 70 la mayor parte América Latina estaba dominada por regímenes militares dictatoriales, en muchos casos apoyados explícita o implícitamente por los Estados  Unidos. Las represiones y las violaciones de los derechos humanos eran una constante.
El Salvador no escapaba a esta situación. Los regímenes ultraconservadores y autoritarios se sucedieron a partir de los años 30, con violentas represiones a los campesinos y persecuciones ideológicas a distintos sectores sociales.
También en los años 60 se producen cambios importantes en la Iglesia Católica. Hay pronunciamientos destacados, especialmente a partir del Concilio Vaticano II,  como la constitución pastoral Gaudium et spes (1965)  sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo y su énfasis en el hambre y la miseria en el mundo , y la encíclica Populorum Progressio de Pablo VI, promulgada en 1967 con especial énfasis en la cuestión social y su dimensión mundial. En ella el Papa denuncia el desequilibrio entre países ricos y pobres y afirma el derecho de todos los pueblos al bienestar.
Con este nuevo espíritu de la Iglesia se desarrolla en Medellín la primera Conferencia Episcopal Latinoamericana (1968) que discute y publica documentos sobre la presencia de la iglesia en la transformación que se iba produciendo en la región a la luz del Vaticano II. Reunión esencial  en la que se reivindican las comunidades eclesiales de base, la misión de la iglesia desde la pobreza y su compromiso total con los pobres y marginados.
La Conferencia de Medellín y sus antecedentes darían fuerte impulso al desarrollo de la Teología de la Liberación, la cual teologiza a partir de la opción preferencial por los pobres y usa para pensar la realidad social e histórica de los pobres, no solamente la mediación de la filosofía, como siempre utilizó la teología, sino también las ciencias humanas y sociales. La Conferencia Episcopal Latinoamericana  de Puebla en 1979 recoge expresamente esta opción preferencial por los pobres.
Monseñor Romero, hasta ser elegido arzobispo,  vivió, como él mismo lo dice en la película, en un mundo de libros alejado de las turbulencias de la calle.  A diferencia de su amigo el jesuita Rutilio Grande y otros muchos en la Iglesia, Romero favorecía un rol social limitado para la Iglesia, con el foco en lo espiritual más que en lo político. El asesinato del padre Grande por fuerzas paramilitares será un punto de inflexión para Romero, quien llegará a proclamar que la misión de la Iglesia es identificarse con los pobres y la de unirse con ellos en su lucha contra la injusticia.
Romero y muchos de esos curas latinoamericanos que lucharon por algo diferente nos anticipaban aquello de lo que nos habla el papa Francisco: Una iglesia pobre para los pobres . Como bien expresó una de nuestras socias el camino que recorrieron es lo que nos ha permitido tener hoy un papa latinoamericano que  reivindica muchos de esos ideales.
Y sigue aún presente en nuestras mentes el ruego de  monseñor Romero frente a las atrocidades  y terribles violaciones de los derechos humanos que se estaban produciendo, ruego que iba dirigido a los hombres del ejército: “En nombre de Dios, en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuoso, les suplico, les ruego, les ordeno, que cese la represión”.


Monseñor Romero


Fotos: Charo Salas
Texto : Cristina Malena








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