viernes, 5 de septiembre de 2014

II Parte de la conferencia sobre Lorca-Neruda de José Luis Plaza Chillón

Experiencias Compartidas : America Cultura Visual y Relaciones Artísticas   (II Parte)





y la representación de una vagina en la zona genital de la figura. En el torso dibuja un expresionista costillar, que anteceden a los representados con posterioridad en las figuras que simbolizan la muerte en la serie bonaerense de Paloma por dentro... (Imagen de la muerte), además de otras ilustraciones para “El Tabernáculo” de Molinari o “Cabeza cortada en Rua das Gaveas” y “Rua da morte” de Sheamen Rhymes de Salvador Novo. San José presenta un vientre que transparenta una extraña “preñez” con la incursión en el interior de un rostro sumido en un profundo sueño. Lorca proclama con esta imagen una suerte de sufriente androginia con marcado hermafroditismo hundiéndose en los abismos de un mundo trágico, patético y surrealista, que recuperará con especial fortuna en los dibujos sudamericanos. Lo más destacado del dibujo es, sin duda, el sexo: el sitio, el lugar, la caverna primigenia..., enmarañado por el vello púbico que alguna vez prolonga en otros dibujos; los genitales masculinos son castrados y transformados en una amenazante vagina: San José transexualizado se ha convertido en mujer, “raíz del grito original”. Un grito que escribirá literalmente en el “dibujo de la Alcoba” que acompaña al poema Severidad, del que surgen una serie de “ays”, uno de los cuales se alarga manando un chorro de sangre. Los últimos versos de dicho poema dicen: “...Dejadme solo con mi sangre pura, / con mis dedos y mi alma, / y mis sollozos solos, oscuros como túneles...”. La “sangre” se convertirá en el elemento fundamental que dominará gran parte de la poética de García Lorca, creando un arte inmanente, desasido de la vida, de la sangre real, de la muerte; una base con propósito de revelación estética se halla en sus “poemas en prosa”, así como en algunos dibujos. La sexualidad hiriente, el martirio, el desmembramiento, el sacrificio, el cuerpo grotesco y la muerte femenina se aúnan en dos de los dibujos más interesantes del corpus lorquiano: el Martirio de Santa Rodegunda, cuya culminación sería la Venus de “Agua sexual” que se erige en la auténtica protagonista de está dolorosa poética. Esta imagen agónica de crueldad, martirio y angustia sexual, penetrando en el horror a través de la violencia, puede interpretarse como una lucha entre la necesidad sexual y el deseo castrado. El lenguaje de la crueldad es a veces metafórico (como el de los sueños), existiendo una oscilación entre el placer y la repulsión ante la visión de una escena cruel18.

2. POESÍA VISUAL
El misterioso dibujo que acompaña al poema Walking around[1] recupera un elemento iconográfico esencial de los años que vivieron intensamente Lorca y Dalí: los Labios. Recordemos que el encuentro Lorca-Dalí ejemplifica el paradigma de hasta donde pintura y poesía pueden fundirse sobre las mismas rutas, apareciendo un deslumbrante universo compartido a través de convergencias que van desde lo anecdótico hasta la provocación malintencionada, que oscilarán entre el amor y el odio, lo íntimo y lo cruel, sin olvidar el erotismo y la muerte19. Serán estos los años en los que Dalí arrancará de un vanguardismo neófito donde ensaya todo el repertorio de la modernidad hasta desembocar en la consumación de una identidad surrealista que se materializaría en obras pictóricas concretas relacionadas con los dibujos lorquianos de esta época, nos referimos a La miel es más dulce que la sangre, Aparato y mano o Cenicitas. En esta diatriba comunicativa son, sobre todo, los innumerables dibujos, acertijos visuales o simples fotografías manipuladas los que pueblan su relación epistolar donde se quintaesencia la agilidad adquirida por las vulneraciones de la frontera entre los estatutos que comunican pinturas y poemas. El dibujo Labios. Walking around muestra con extrema sencillez y mínimos recursos estilísticos, siete labios unidos líneas que parten de un punto central marcado en negro. Los labios son representados como objetos artísticos autónomos, cuya presencia sin aparente finalidad muestra una extraña belleza. El espíritu totémico que desprenden los labios, evocan aquellos objetos que transformaban en arte los surrealistas, donde el sutil erotismo de las bocas contrasta con el trágico punto negro del que parten. Los labios lorquianos sugieren a la vez que anticipan otros labios, pero estos más carnosos y libidinosos, que Dalí pintaría dos años después en el Retrato de Mae West, del que haría multitud de versiones, contribuyendo al descrédito total del mundo de la realidad. A través del “método paranoico-crítico” es posible tener la viabilidad de una imagen doble, donde la representación de un objeto, persona o cosa, sin modificarse anatómica o figurativamente, puede representar otra cosa absolutamente diferente sin deformidad. El arte de Dalí se convertirá en fotografía instantánea de colores, de imágenes superfinas, extravagantes, extraplásticas, inexploradas o engañosas, de una irracionalidad concreta20.

3. “SOLO EL MISTERIO...”
El marinero representado por García Lorca supera la simple cotidianeidad iconográfica tradicional o pintoresca de representación formal que vincula dicha figura al interior de los tugurios tabernarios, a la conquista de las prostitutas portuarias o incluso unido al sentimiento amoroso de la joven mujer desconsolada que planteaban pintores muy de moda en la Europa de los años veinte, como André Lothe, un artista cercano al cubismo, pero que psicológicamente va mucho más allá al evidenciar a través de ellos sus propios fantasmas homosexuales, en la línea de Gregorio Prieto o del pintor norteamericano Charles Demuth. Alguna de estas obras creadas por Lorca resultan claramente homoeróticas, como Tres marineros y un grumete o Pareja de hombre y joven marinero (1929) realizadas en Nueva York, que anticipan a los desolados marineros sudamericanos20. El dibujo del marinero para el poema Material Nupcial se aleja del estereotipo tabernario para introducirse en una imagen más introspectiva. Lorca dibuja un marinero estático y abandonado, probablemente muerto[2]






Una muerte reflejada en los ojos vacíos, uno de los cuales es atravesado por una flácida flor cuyo largo tallo nos indica el epitafio escrito por el poeta en la esquina inferior. Amor y muerte confluyen en este poema gráfico que Lorca suscribe con estos versos: “Solo el misterio nos hace vivir. Solo el misterio”. Existe una gran similitud con otros dibujos contemporáneos como, Marinero y columna, de mayor complejidad en la composición; o Cabeza de marinero con motivos vegetales y Cabeza de marinero y firma con nube y luna, ambos de 1934, el primero aparece en la portadilla del “Romance de la luna, luna” correspondiente al ejemplar del “Romancero gitano” dedicado a Rafael Rodríguez Rapún, y el segundo, en la portadilla de “Canciones” de la segunda edición de 1929, con una dedicatoria que dice: “Para Rafael R. Rapún / Con un abrazo de su viejísimo amigo / Federico”. Rafael R. Rapún había sido secretario de “La Barraca”, y cuya probable relación amorosa con el granadino, evidenciaría el sentido metafórico de estos dibujos, que junto al de Material Nupcial, esconden bajo una máscara el auténtico rostro de la verdad: la certidumbre del amor, y de la muerte.
 Como colofón las 5 imágenes a las que se refieren tanto la primera parte como la segunda parte del texto.



                                                     








18 FREUD, Sigmund. Obras Completas. Madrid: Biblioteca Nueva, 1973, Vol. 3,  pág. 1.104.
19 Véase: SANTOS TORROELLA, Rafael. “La miel es más dulce que la sangre”. La época lorquiana y freudiana de Salvador Dalí. Barcelona: Seix Barral, 1984; SANTOS TORROELLA, Rafael. Dalí residente. Madrid: Residencia de Estudiantes, 1992; y Dalí, época de Madrid. Madrid: Residencia de Estudiantes, 1994. CATÁLOGO-EXPOSICIÓN. Dalí joven (1918-1930). Madrid: Ministerio de Cultura, 1994.
20 GONZÁLEZ GARCÍA, Ángel. “El método paranoico-crítico”. En: El surrealismo..., pág., 177.
20 PLAZA CHILLÓN, José Luis. “La imagen homoerótica del marinero en la vanguardia plástica: Demuth, Cocteau, Prieto y García Lorca. Hacia una formulación icónica del arte gay”. En: Mirando a Clío. El arte español espejo de su historia. Actas del XVIII Congreso CEHA. Santiago de Compostela: Servizo de Publicacións e Intercambio Científico, Campus Vida, 2012, págs. 801-815.

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