Como cada mes nos volvimos a reunir en el Champagne Room del Marbella Club un buen ramillete de mujeres universitarias con el
objeto de dialogar entorno a la obra de Juan Marsé “Últimas Tardes con Teresa”.
En esta ocasión tuvimos un grupo numerosos y alguna nueva incorporación.
La novela tuvo efectos dispares en nuestras
afiliadas con lo que se produjo un animado debate tras la ronda de opinión.
Había socias a las que le había gustado la prosa preciosista llena de
magníficas descripciones, a otras el retrato de una sociedad catalana llevada
al extremo por la burguesía y los charnegos, los inmigrantes de otras regiones
del país. Fue muy interesante la apreciación de la ridiculización de los
personajes estereotipados como la de la “cachorra” de rico jugando a la
progresía o el del canalla barriobajero con ínfulas trepadoras basadas en la
buena “percha”. Admitimos que el personaje de la joven era el más detestable
por inmoral e inconsecuente y el de él un subproducto social.
Hubo un tema en el que coincidieron muchas
socias y era el de que la obra no resiste bien el paso de los tiempos. De hecho
es probable que a los más jóvenes no les diga absolutamente nada y más de una lo
consideró localista aunque otras lo veían muy exportable.
Basándose en el comportamiento de los
universitarios, implicados en el cambio político o jugando a hacerlo y
recibiendo todos los parabienes de sus posiciones burguesas heredadas, algunas
socias declararon haberse visto reflejadas, ya que vivieron la época y se
comentó la gran empanada mental que tenían los universitarios en ese momento,
probablemente fruto de una sociedad poco madura por las circunstancias. A otras,
en cambio, la historia les resultó insufrible, sobre todo a las que vivían
fuera de España en esos momentos.
Como retrato de una época en España y
especialmente en Barcelona, encontramos un catálogo de los estereotipos de la
época, la atmósfera de la universidad, la moralidad católica instalada en las
conciencias, la inconformidad de clase, los vicios de los estamentos y una
genialidad, la utilización de un lenguaje apropiado a cada personaje,
fotografía en palabras de los barrios de origen.
Por otra parte hay que reconocer que Juan
Marsé, no fue rompedor con la estructura de la obra, la historia que se cuenta
es lineal y narrada en tercera persona. Esta cuestión no es baladí pues esa
fue una época de grandes experimentos técnicos en la literatura y llama la
atención que esta obra sea tan estructuralmente clásica.
A algunas socias no les gustó la cantidad
de términos que se usan en catalán o en francés sin traducción, otras no
sentimos que fuese un impedimento para la comprensión.
Finalmente admitimos que esta novela se le
pasó al censor, pues fue publicada en 1966 y encierra muchos temas polémicos
para la época.
Al comienzo de la tertulia y como es
habitual, votamos los libros que vamos a tratar en próximas tertulias. En las
semanas anteriores a la presente las socias fuimos aportando las obras que nos
gustaría llevar a debate, se recopilaron y se relacionaron con una pequeña
información sobre su contenido, tras la votación en asamblea hemos decidido que
los próximos meses vamos a leer:
“El
Mar” de John Banville
“Operación
Dolce” de Ian McEwan
“Los
Bienes de Este Mundo” de Irène Nemirowski
Ana E.Venegas
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