Nuestro profesor José Luis Plaza Chillón nos invita a una conferencia en su Iruela natal el 26 de diciembre. Para los que no podemos ir queda este magnífico resumen como su especial
FELICITACIÓN DE NAVIDAD
Federico García Lorca y la II República: La Barraca
La historia del teatro moderno va indisociablemente unida a lo que podríamos denominar una investigación escenográfica atenta a la expresión de las imágenes y los espacios. Baste recordar cualquier nombre de los grandes renovadores de la escena europea en la 1ª mitad del siglo XX (Craig, Copeau, Meyerhold, Piscator o Reinhardt) para comprender hasta que punto cada poética teatral entraría en una determinada concepción del espacio. El arte escénico desarrollado en este período será un cruce de caminos donde tradición y modernidad se conjugarán como hasta entonces no se había producido en la historia de la puesta en escena contemporánea. Como apuntaba Pierre Francastel: “...en la época de la pintura abstracta era imposible el espacio cúbico de tres dimensiones como expresión normal de la sociedad contemporánea; en este sentido el espacio teatral tradicional habría muerto y fundamentalmente se convertiría en un arte visual”. En la vanguardia artística el soporte escenográfico se convierte en parte vertebradora del pensamiento dramático y como éste, sólo se materializa en la puesta en escena y no se comprende sin ella.
Este fue precisamente el caso de La Barraca de Federico García Lorca, que pudo difundir por los tortuosos y largos caminos de España las concreciones de unos lenguajes artísticos hasta ahora desconocidos por un público eminentemente popular y analfabeto. En sus cinco años de actividad, además de entregarse de lleno a su labor pedagógica y cultural de enseñar el mejor teatro español del Siglo de Oro, ideó un nuevo sistema de trabajo artístico para todos los que colaboraron con el grupo. Para lo que en las galerías de arte hubiera supuesto simplemente manifestaciones habituales del arte nuevo, pasaron a ser aquí una experiencia completamente inusual; y a pesar del alto grado de incomprensión que pudo rodear a algunos de los pintores, se llevó a cabo un verdadera acto de comunicación artística, mediante un acercamiento espontáneo y popular a un público muy alejado de los circuitos del arte de vanguardia, pero que aquí coincidía con la interpretación purificadora de los nuevos lenguajes del arte que siempre se les había negado, pasando a ser ahora los auténticos protagonistas. Como aventura teatral en La Barraca, confluyeron tanto la recuperación de los textos clásicos como la producción de los experimentos más vanguardistas, aunque la preocupación esencial de Lorca fue la educación de un público ávido de aprender y disfrutar. Y esta revivificación del teatro antiguo supuso una intervención importante en la vida teatral española de los años de la II República, confirmando por otra parte ese afán juglaresco que Federico tuvo toda una vida dedicada al teatro. Lorca tuvo el empeño de devolver al pueblo lo que era suyo, mediante la restauración de una serie de valores literarios colectivos; se propuso revivir el Siglo de Oro con una gran experiencia artística a través del mejor teatro español de siempre, desplazándolo de la carga comercial a la que había estado sometido durante tanto tiempo y emplazándolo en su lugar primigenio: el pueblo.
JOSÉ LUIS PLAZA CHILLÓN
Gracias por ser siempre tan genial.
ResponderEliminarLa obra y posición ante la vida y la sociedad de Federico García Lorca no podría tener mejor eco que los los estudios e investigaciones de José Luís Plaza Chillón, qué suerte tenemos de haberlo hecho uno de los nuestros.
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