lunes, 15 de octubre de 2018

Emma Reyes y sus “Memorias por Correspondencia” análisis AMUM de octubre-18


Resultado de imagen de memorias por correspondencia    Esta obra epistolar ha sido el objeto de estudio de la Asociación de Mujeres Universitarias de Marbella de este mes. Una lectura que ha resultado de relevancia para todas las tertulianas que hemos caído bajo el influjo de una niña que cuenta una infancia atroz de carencias intelectuales, emotivas y materiales pero que nos sorprende con una adultez entre libros y artistas de primer orden, con una actitud generosa y solidaria, además de una producción pictórica notoria y este libro biográfico indispensable por la forma y por su contenido, del que cae uno atrapado hasta su final para despertar con una sed de más información sobre esta pintora que frecuentó los círculos intelectuales latinoamericanos y parisinos del siglo XX, se codeó con las vanguardias y tuvo relación personal con Germán Arciniegas, Botero, Diego Rivera, Prampolini, Alberto Moravia, Sartre, Passolini, García Márquez y formó parte del equipo de la última exposición de Frida Kählo.
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    Esta tertulia ha resultado una unanimidad en cuanto a la elección de la obra y  ha dejado una buena ración de aportaciones de las socias que han expresado sus apreciaciones. Como decía una de ellas, nosotras no nos quedamos en que una obra sea bonita, sino que sea impactante, que nos cuente historias con las que abramos el horizonte, que tengan calidad y si es posible novedad formal, que nos haga buscar, investigar, sentirnos inquietas, pensar en ellas cuando no la estamos leyendo, compartir sensaciones, escuchar otros puntos de vista, abrir otras puertas por las que las asistentes se hayan aventurado, que nos rete y nos deje el placer que supone ser conscientes de que tras haber pasado por nuestras vidas, ya no somos las mismas y esperamos ser mejores. Esta novela epistolar y biográfica contiene, además, un prólogo y un artículo que indiscutiblemente forman parte de la obra por su aportación a la figura de la protagonista.
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    Lo que se presenta extraordinario en la obra es que Emma Reyes cuenta su difícil infancia a través de cartas en las que cuenta desde su primer recuerdo sin rencor, sin juicio moral, como si aceptara el abandono, la falta de amor y el no lugar en el mundo. La escribidora de cartas es un alma limpia, fuerte y valiente, una flor única en un campo quemado (como expresó una socia). Emma lo hace con pocas palabras, con imágenes cinematográficas, con cierta belleza. Pero a nosotras, esa grandeza de carácter no nos desvía de la terrible situación que viven muchos niños, incluso en nuestro país, lo vulnerables y lo desprotegidos que están y cómo no tienen capacidad ni para saber que están recibiendo malos tratos porque para ellos sus adultos de referencia son incuestionables. Esta conciencia y saber que la novela es autobiográfica nos ha causado una profunda conmoción. Como dijo Rilke “La verdadera patria del hombre es la infancia” y Emma sobrevivió a ella gracias al Arte y la Cultura y desde luego a su resiliencia.

    Quizás el talento de Emma Reyes reside en su empatía, en comprender que todos los actores de su historia son víctimas, mujeres repudiadas por la sociedad por tener hijos sin casarse, que no tienen más recursos que seguir explotando su biología femenina, hombres que traen en su educación la permisividad sexual, el desfogue con otras mujeres que no son la propia y a la que les piden lo que no son capaces de pedirle a ella, porque todo es pecado y todo es culpa y todo es apariencia y todo es antihumano, programado y sin solución. Y ahí quedan esos niños, cuestionados hasta para entrar en un hospicio, hijos del pecado, una lápida de varias toneladas de la que rara vez alguien se libera, Emma Reyes lo consiguió.

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    Esta comprensión de la inevitabilidad de la vida de sus “padres”, porque todo el mundo tiene padres, aunque no los conozca, de la vida de las monjas que quizás también fueron niñas abandonadas en el hospicio, de algún sacerdote que también forma parte del horror, esta aceptación, esta falta de juicio, hace que los demonios de Emma no aniden en su alma y ella pueda desarrollar una vida de talento y relaciones humanas satisfactorias. Como comentó una socia, es terrible la frase que dice María con respecto a su hijo natural: “El hijoputa este cómo se parece al padre”, porque María es una madre desnaturalizada, un corazón encanallado por el miedo a ser descubierta, algo horrible, consecuencia de unas vivencias y un modus vivendi.

Resultado de imagen de emma reyes   Estas “Memorias por Correspondencia” están formadas por el prólogo de Leila Guerriero, las Cartas que Emma escribió al intelectual Germán Arciniegas y un artículo en el que se conoce a vuela pluma la trayectoria de la protagonista como pintora y personaje influyente entre los artistas latinoamericanos, italianos y franceses en plenas vanguardias artísticas. Este peso desigual de información en la adultez y a la vez, la sensación de que debió ser apasionante nos ha dejado con un hambre de saber que nos ha llevado a investigar, sabemos que parte de su obra está o ha estado cerca de nosotras, en la Fundación Arte Vivo Otero Herrera de Benalmádena y nos disponemos a visitarla si se pudiera.

Imagen relacionada    La obra pone de manifiesto el hecho histórico de los abusos de miembros de la Iglesia a niños y niñas. Este lamentable y repugnante hecho prolongado a lo largo del tiempo plantea dos posturas entre las asistentes a la tertulia, una es la que mantuvo una de las socias con respecto al odio que le produce la Iglesia y sus miembros debido a sus experiencia propias o vicarias. Por otra parte, otras, sin quitar hierro a esta verdad horrenda, presentan el hecho de que no se puede generalizar, de que son muchas las obras que desde la Iglesia se han hecho y que una vez más, el estamento era el refugio de personas que no tenían lugar en la sociedad, de mujeres que no querían casarse, de otras que no tenían donde ir, de hombres cuyo estatus en la línea de sucesión les asignaba ese rol desde el nacimiento, de homosexuales que escondían su condición bajo sotanas y hábitos, de personas de las que también se había abusado, auténticas aberraciones antinatura que no justifican, porque es injustificable, pero sí nos devuelven la imagen del ecosistema donde sucedía toda esta infelicidad. Se contaron anécdotas de colegios que humillaban a las chicas “de balde”, “las de caridad”, un apartheid cruel que se justificaba porque cada uno tiene el lugar en el mundo que Dios nos ha dado, otra de las interpretaciones equivocadas de la palabra de Jesús o conscientemente dirigidas a la resignación y el control social. Para terminar este tema, también hubo socias que contaron sus estupendas experiencias con monjas y sacerdotes.

Resultado de imagen de emma reyes   Otro aspecto que nos interesó de la historia de Emma fue que gran parte de ella fuese verdad, es verdad que la cuenta una mujer desde sus recuerdos de niñas, pero es una autobiografía. Es por eso que nos maravilló la estabilidad mental de la adulta, cualquiera en su caso estaría con grandes depresiones o una ansiedad crónica como mínimo, realmente, muchos de los hechos que esta niña pequeña vivió son para haber dejado cicatriz traumática en su estructura mental. Para empezar, no sabía quién era su madre o su padre, ni siquiera tenía concepto del significado de ello, no tuvo vínculos familiares excepto con hermanos sin nombre a los que vio abandonarse, no le hablaban, no la tocaban, la encerraban en lugares infectos durante días, debía hacer trabajos para los que no tenía ni estatura, recibió y vio violencia y abandono,  luego fue explotada por unas monjas que se dedicaban a hacer ajuares, mantos y túnicas bordadas, años de reclusión en un convento y salió de él sin saber ni escribir.

    Alguna socia comentó que se notaba la influencia de la cultura española en la sociedad Colombiana, como es lógico, más aún con esa base religiosa católica de la que también son partícipes países como Italia, Francia y Portugal, pero no es menos castrante la sociedad que se deriva de la religión musulmana y qué decir del protestantismos y derivados como el puritanismo, en fin, otra interesante vía de discusión. Alguna compañera comentó que en Francia también existían ese tipo de conventos en los que se realizaban trabajos muy elaborados, de gran calidad y por supuesto realizados por monjitas y hospicianas sin derechos laborales ni sociales.

    Como todo lo que ocurre en la infancia marca la existencia de la persona, podemos apreciar de manera optimista cómo las horas de bordados de flores en las casullas, los ajuares y mantos se convirtieron en hermosos cuadros florales de vivos colores. Además, como se aprende por imitación o por reacción, como enseñaba en sus cursos para padres nuestra antigua socia y querida Mavi López, Emma desarrolló una empatía social que la llevó a acoger a los intelectuales latinoamericanos en Francia y además, dejó en herencia sus propiedades a hospicios de Colombia, un aprendizaje por reacción que es un ejemplo.

    Para la tertulia del próximo 19 de noviembre, analizaremos la obra de “La Flor Púrpura” de Chimamanda Ngozi Adichie, una obra que también promete crearnos grandes conflictos emocionales.

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