
En
esta cuarta jornada, Pedregosa profundizó en las claves del más “lento” de
nuestros clásicos para descubrir el objetivo que tuvo el autor al crear su obra
y la vigencia como obra de arte en nuestros días.
Marcel Proust nació en una familia
acaudalada, sus relaciones sociales fueron de alto nivel y disfrutó de una educación
elitista. Tuvo la vida resuelta desde el minuto cero de su existencia. Ante
esta perspectiva, Proust pudo haberse dedicado a “la vida loca” pero tomó el
camino de ser literato y permitirse escribir lo que él quería. Y lo que deseó
Proust fue hacer una obra de arte con sus textos, no tuvo nunca intención de
comunicar, ni de que el valor de su obra estuviese en la acción que contara.
El valor literario de Proust radica en la
forma en la que, mediante una analogía provocada por un sentido, olfato, vista,
tacto, gusto, oído, conseguía transportarse hasta momentos de su recuerdo, que
evocaba y convertía en obra inmortal gracias a su increíble prosa poética.

Alejandro lo explica mucho mejor que yo,
qué ciclo de conferencias más maravilloso, gracias a Alejandro que es un
excelente comunicador y un amante de la literatura y a Carmela Martínez de la
delegación de Cultura, porque aquí se nota su sello. Os dejo con la grabación
completa de la charla:
*Fotografía en blanco y negro de Miguel Rodríguez
Vídeo I
Vídeo II
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