

“Ida” de Pawel Pawlikoski fue presentada por
nuestra Tesorera Blanca Molet que hizo hincapié en la originalidad de los
planos donde la escena se sucedía de la mitad para abajo, dejando un cielo, unos
techos que pesaban sobre los protagonistas, una metáfora y un símbolo más
escondido en esta obra que se merece otra revisión. También señaló la
interpretación de Agata
Trzebuchowska como novicia que sale al mundo a conocer a su única pariente, una
tía muy peculiar, alcohólica, de sexualidad-insatisfacción complicadas y con
poder en un régimen autoritario comunista, interpretado por Agata Kulesza.


Contamos también con la ayuda de Begoña Cigarán,
una teóloga que nos acercó a símbolos recurrentes como el camino y que nos hizo
pensar en la vida de los conventos en los años cincuenta, las disciplinas, las
ceremonias, ayudándonos a comprender imágenes como las toilettes con camisón
puesto.
Aparte de la magnífica, simbólica y
original fotografía, todas coincidimos en la maravillosa música que comprendió
el jazz más sutil con la clásica más sugerente que se hace protagonista en la
escena del suicidio de la tía.
Se habló mucho sobre el hieratismo de la
novicia que asistía los más dolorosos sucesos sin perder la compostura. Alguna
socia comentó que era la parte menos creíble de la película, aunque también
podía suponer un rasgo de su educación introspectiva dentro del convento. Sin
embargo, el contrapunto a la falta de control lo ponía la tía, una mujer que se
había salvado de la persecución de los judíos pero que estaba muerta
emocionalmente y lo mostraba con un alcoholismo destructivo y unas relaciones
con hombre que no le satisfacían, puesto que su sed era de vida y estaba muerta
por el asesinato de su hijo pequeño. Este personaje de la tía dio para
comprender la situación de la Justicia en
los países del cinturón soviético en la Guerra Fría, con acciones de pena de
muerte impuestos desde el estado al que ella representaba como juez.
En fin, una tarde muy instructiva, un cine
muy evocador y motivador de reflexiones, y una tertulia de gran altura, con
diferentes puntos de vista y muchas aportaciones que enriquecieron un film
premiado internacionalmente con Oscar, Bafta, Goya y mucho más. Una tarde que
nos ofreció la oportunidad de contribuir al fondo de becas y de merendar en
compañía con todas las aportaciones culinarias que trajeron las socias.
Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de Anabel Alonso
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