jueves, 25 de abril de 2019

Nuestro Cine forum de abril-El Becario de Nancy Mayers

 El becario



Directora: Nancy Mayers
Año: 2015Nacionalidad: Estados UnidosIntérpretes: Robert de Niro, Anne Hathaway, Rene Ruso, Anders Holm, Zack Pearlman.

Hemos visto una película divertida, amena, ágil, amable, y también ¿por qué no decirlo? pelín cuento de hadas: pero eso está en el ADN de la comedia, su objetivo es divertir y si, como lo plantea Nancy Mayers, divierte y hace pensar, con acierto, con sentido del humor, sin estridencias, mejor que mejor.


Toda la película, en su mayor parte rodada en interiores y con planos medios y cortos, está llena de detalles que nos dan la clave de cada personaje: los almohadones de la cama, el puesto de trabajo, el pañuelo, el despertador, la llegada de los cuatro becarios o el móvil siempre a mano reflejan dos mundos (el que parece desaparecer y el dominante) que acaban reconociéndose y aceptándose.

 La historia va desgranando cuestiones muy actuales que dieron mucho juego en el coloquio. La soledad, el tiempo libre, ¿cómo afrontar esos momentos? respuesta unánime, con actividades que antes, por falta de tiempo, quedaban aparcadas. Y eso trata de hacer Ben Whittaker, el protagonista, un hombre de 70 años, viudo y jubilado que necesita estar activo, moverse, viajar; hace Tai- chi, e incluso aprende mandarín, todo con tal de no quedarse quieto. Un anuncio solicitando becarios senior para una empresa pone el dedo en otro tema del día, las nuevas tecnologías; el papel como soporte está obsoleto, nada de currículo, con foto, historial y aficiones. Solo vale la presentación en vídeo, algo casi prohibitivo para muchos una vez pasada cierta edad ¡cuántas luchas no habremos mantenido con los nuevos dispositivos!, ¡cuánto tenemos que aprender! - se dijo con mucho acierto-.


Ben consigue el trabajo, y es asignado a Jules Ostin, dueña y creadora de una start-up de moda. Y topamos con la brecha generacional y el nuevo concepto de empresa, son dos mundos opuestos pero, y así lo enfoca Mayers, no antagónicos; y son dos personalidades diferentes, muy diferentes pero no conflictivas entre sí.  Entra en juego la experiencia, como un valor a rescatar sin que se deba dejar de lado el ímpetu de la juventud. Él es un hombre metódico, empático, educado, tranquilo, siempre impecable; ella es una mujer activa, triunfadora, dominadas por la ansiedad, feminista, desbordada por el éxito. Él, llega al trabajo con chaqueta y corbata y armado con una impresionante cartera de piel de la que saca, periódico, calculadora, móvil…No hay despachos, todo está abierto, la actividad es frenética, incluso caótica y los compañeros lucen camisetas, están descuidados y hacen gala de un montón de artilugios que distribuyen en la mesa.

Reconocemos a Ben como un personaje de otra época,  no hay más que ver cómo prepara su ropa de víspera, cómo cuenta que se afeita incluso los domingos ante la incredulidad de quienes lo escuchan, o recordar -como se hizo en el coloquio- el mal rato que pasa en la habitación del hotel cuando Jules en lugar de sentarse en la butaca para charlar se acomoda a su lado en la cama; en esta escena vemos tensión en él que se queda en el borde y absoluta naturalidad en ella.
 Muy observador, tiene sentido del humor y una gran sensibilidad en su trato con la gente, sin gran esfuerzo se convierte en el paño de lágrimas y consejero de sus compañeros. También, poco a poco, va ganándose la confianza de Jules. Entra en su vida, ve que está casada, que tiene una hija, que el marido -que está viviendo un affaire- dejó un trabajo brillante para que ella lograra su sueño.

El cambio de roles y la infidelidad se adueñaron del debate, se suceden las preguntas, ¿cómo afecta a la relación?, ¿qué le impulsa a tener una amante? necesidad de demostrar la virilidad -fue la respuesta casi mayoritaria; ¿cuál es la razón de Jules para perdonarle?  y hubo acuerdo: miedo a la soledad y amor. Muchas opiniones alrededor de ese cambio, para unos puede ser el fin de la pareja, para otros no; se habló también sobre el auge de la mujer y el miedo del hombre ante esa nueva realidad y sobre el reparto de papeles, ¡por fin! cada vez más frecuente en las parejas jóvenes. Muy interesante fue -al comentar la posición del marido que podría sentir su masculinidad en entredicho- la propuesta de ver la situación a la inversa, ella está en casa, deja un trabajo para dar alas a su pareja, pero en el colegio, en las fiestas infantiles y en el parque es una madre entre padres…No sabemos si se conformaría, si se sentiría minusvalorada o si buscaría consuelo con una relación extramatrimonial.

Lo importante, se dijo al terminar, es lograr el consenso, aunar esfuerzos para lograr que ninguno tenga que sacrificar sus aspiraciones y poner los medios para conseguirlo. Difícil pero no imposible.              
 
           

Nuestras gracias al Hotel San Cristobal por cedernos sus salones.


Texto:  Maisa Astigarraga

No hay comentarios:

Publicar un comentario