jueves, 24 de agosto de 2017

“A Propósito de las Mujeres” de Natalia Ginzburg


Resultado de imagen de a propósito de las mujeres natalia ginzburg    Esta colección de relatos ha provocado la tertulia literaria más reñida de la historia de la Asociación de Mujeres Universitarias de Marbella. Las diferencias entre las emociones evocadas por esta obra han propiciado un magnífico análisis contemplado desde primas muy diversos que solo hacen engrandecer el libro, la literatura, el ser humano diverso y el nivel de las tertulias que se celebran en el Marbella Club.

    Desde el primer momento nos dimos cuenta de que la opinión hacia la obra estaba polarizada. Por un lado, había tertulianas que apreciaron que el tiempo en la obra era desconcertante y por otra parte era importante, porque las historias que cuenta, son intervalos de vidas, consecuencia de momentos que no conocemos y precursores de otros que tampoco, de hecho la prologuista Elena Medel empieza su discurso con la frase “La Historia que ahora empieza ya acabó”.

    Una de las discusiones mantenidas deviene de los momentos elegidos por la autora como capturables en este lienzo con páginas, son todos, hitos poco heroicos, poco ejemplarizantes, despreciables muchos de ellos, es posible que cotidianos en muchas familias, todos con especial interés en las actitudes femeninas que muestran mujeres depresivas, amargadas, consentidoras, dependientes, abandonadas, infelices. Sin olvidar que las figuras masculinas no quedan nada bien paradas. Los personajes no enamoran y es difícil identificarse con ellos, aunque todas conocemos momentos o mujeres que se han comportado así.

Resultado de imagen de a propósito de las mujeres natalia ginzburg    Una vez que la obra ha sido planteada de esta manera, queda posicionarse en la audacia de reconocer a la mujer como humana, muy humana, con debilidades, falta de respuesta, de reacciones destructivas, lo que fascinó a algunas socias. O, por otro lado, sentir que estas féminas son un mal ejemplo, que dan un puñado de argumentos a los que puedan tener interés en señalar la incapacidad de la mujer, que la lectura es de gran toxicidad.

    ¿Qué podemos pensar de esta diatriba si conocemos la biografía de la Ginzburg?, como bien trajo a colación una socia. Natalia fue una mujer dura, brusca, hay quien puso sobre el tapete incluso su sexualidad, por su estética, y porque ella no quería ser tratada como una mujer, pretendía que la tratasen como un hombre. Esta cuestión le valió no pocos disgustos en la época.

    Elucubrando, ¿no podría ser que la autora, que vivió momentos de mucha preponderancia masculina, 1916-1991, tuviera el pensamiento, poco elaborado por otra parte, de que no quería que la tratasen con condescendencia, con discriminación positiva o lástima? sino como a un igual, para lo que adelantó el concepto que muchas de las socias de AMUM compartimos de que la mujer debe tener actitudes y capacidades para llegar por sus propios méritos a todos los estamentos. Nuestra respuesta es apoyar la educación de la mujer a través de un programa de becas y la educación permanente.

Imagen relacionada    ¿Es esta obra un catálogo de lo que la mujer no debe ser si pretendemos que seamos tomadas en serio en la sociedad o es un catálogo de lo que la sociedad debe admitir como características femeninas por mor de la diversidad? Algunas socias nos hemos revelado ante la idea de que la mujer dé esa imagen, no nos ha gustado la idea, no nos sentimos representadas y nos irritan esas mujeres que “caen en el pozo” como dice la autora: «Las mujeres tienen la mala costumbre de caer en un pozo de vez en cuando, de dejarse embargar por una terrible melancolía, ahogarse en ella y bracear para mantenerse a flote: ese es su verdadero problema... Las mujeres lo que tienen que hacer es defenderse con uñas y dientes de su malsana costumbre de caer, porque un ser libre no cae casi nunca en el pozo ni piensa siempre en sí mismo, sino que se ocupa de todas las cosas importantes y serias que hay en el mundo y solo se ocupa de sí mismo para esforzarse por ser cada día más libre. La primera que debe aprender a actuar así soy yo...». Si analizamos este párrafo, parece que este tipo de actitudes en muchas mujeres le desagradan profundamente a la autora.

    Se comentó que las mujeres del libro buscan ser libre, pero yo, tras un día de reflexión creo que la que quiere que La Mujer sea libre es la autora, para lo que propone sobreponerse a esas actitudes de criatura, de las que habló otra socia, la que la mujer ha aprendido a través de la educación y que en los tiempos de la Ginzburg eran tan comunes, las de mujer que no soporta vivir, que no sabe vivir sola, que necesita que la saquen de los pozos, que las conduzcan, que les lleven las cuentas del banco, que necesitan alguien que las alimente, las proteja, las dirija, son dependientes, con poco horizonte, lo dicho, como criaturas, tan criatura que su moral puede ponerse en entredicho, como en la actualidad en la religión islámica, donde la palabra de una mujer vale la mitad que la de un hombre, en occidente ha habido reminiscencias de esto hasta hace bien poco.

Resultado de imagen de a propósito de las mujeres natalia ginzburg    Alguna socia calificó la obra de terrible, sí terrible, si vemos la posición que ha tenido la mujer en nuestra sociedad, la que han aprendido y han transmitido, la que han soportado sin saber que las cosas no tenían por qué ser así, la autora nos lo dice, la mujer no debe caer en un pozo, en el pozo de su insignificancia interior, tiene que ocuparse de cuestiones importantes. Una pena es el rol que muchas jóvenes está admitiendo de manera voluntaria bajo la creencia de que mostrarse débil, dependiente es un atributo femenino apreciado por el varón, y puede que hasta cierto punto sea verdad, por lo menos en ciertos varones. Es una opción, que en AMUM no contemplamos.

    Hubo socias que se sintieron atraídas por la obra y apreciaron que la autora se ocupara de mujeres que cuentan la verdad, porque en todas las familias ocurren historias de estas, en todas las clases sociales, esto podría ser la punta del iceberg de lo que de verdad esconden estos microcosmos entre las paredes de sus casas, pero esta colección de relatos les pareció magistral porque desde la emoción muestra los hechos. El ser humano, no solo la mujer, como se demuestra con los hombres pusilánimes de los relatos, tiene miedos, problemas, no los gestiona con éxito, busca escapatorias fáciles, es presa de adicciones y cae en pozos. El problema de fondo, según alguna tertuliana es la falta de amor, falta amor en el libro, amor a sí mismas y amor a los demás, quizás con unas cuantas píldoras de amor las actitudes del ser humano serían más positivas, por esto ha habido participantes que han sentido empatía, ternura, compasión hacia los personajes.

    Una de las cuestiones destacables de la obra es que sugiere mucho más que cuenta, como decíamos antes, es la punta del iceberg, porque todas estas mujeres desarrollan las actitudes, las que despliegan en este preciso momento del relato, en otros momentos que ya pasaron, que no se cuentan y que nos sugiere e interroga, y nos hace poner el pensamiento a funcionar para vaticinar qué ocurrió antes para llegar a estas situaciones y qué va a suceder después como consecuencia de la experiencia que se relata. Algunas socias matizaron que estas experiencias son las que la vida nos pone en el camino y de las que aprendemos.

    La prosa de Natalia Ginzburg es precisa, exacta, visual, lo suficiente para crear escenas, para comprender situaciones, mostrar sensaciones, angustia, irascibilidad, sin digresiones ni florituras, eso sí, es de una pulcritud y una estética poética que dan gusto disfrutar. Además, aunque es sencillas, es de una gran densidad y fueron muchas las frases que las socias extrajeron de su lectura como “la vida empieza cuando no estamos preparados”, “la familia no acoge, expulsa” o los conceptos como darse cuenta de la importancia de los momentos cuando ya han pasado.

    Uno de los relatos que más ha gustado e inquietado a la vez es el de “Mi Marido”, porque es una historia conocida por todos, la de los matrimonios acordados, los que encierran frustraciones de amores externos a esa unión, sentimientos que provocan traiciones, infidelidades, humillaciones, infelicidad. En este relato, además, el hombre es realmente un ser poco memorable, realiza un matrimonio por estatus social, no es capaz de olvidar a su amante de una clase inferior, hace desgraciada a la esposa, a la amante y finalmente comete la debilidad de suicidarse, una joya. Este relato coincide con otros en mantener el engaño y los secretos como algo humano a la par que fuente de infelicidad.

    La discusión nos llevó por el camino de la Psicología e incluso de la Filosofía, de los comportamientos inconscientes de los hombres y las mujeres, de su consecuencia en el desarrollo emocional de los niños que viven estas experiencias familiares y de la necesidad de amor, protagonista por omisión.


    En fin, una tertulia muy constructiva, llena de aportaciones y puntos de vista que magnificaron una obra hasta para las que no habían conectado con ella. El próximo mes nos reuniremos el día 19, como siempre, en el Marbella Club y disfrutaremos de la tertulia que generará “La Piel del Cielo” de la magistral Elena Poniatowska.

* Por cierto, la portada nos pareció horrorosa

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