martes, 19 de abril de 2016

“Estupor y Temblores” Amélie Nothomb lectura AMUM

    El presente mes de Abril nos ha dejado una interesante tertulia literaria sobre un atípico libro que produjo en gran parte de nosotras, al menos, estupor.

    La Asociación de Mujeres Universitarias reincidimos una vez al mes para tertuliear en el Marbella Club. En esta ocasión, la obra elegida ha sido “Estupor y Temblores” de la belga Amélie Nothomb.

    La historia es autobiográfica y como dijeron algunas socias, no parecía literatura, no tenía trama, en realidad no pasa nada más que las vivencias de una europea que trabaja durante un año en una empresa japonesa en el País del Sol Naciente. No hay amores, ni sucesos aventureros, ni siquiera se sale de la planta del edificio de la compañía. Este hecho desagradó a alguna socia, sin embargo, la mayoría alabó el savoir faire de una autora que consigue interesar al lector, hacerlo sentir diversas emociones, divertir, aprender y plantearse cuestiones de orden antropológico con estas herramientas.

    Surgieron muchos comentarios en torno a las costumbres niponas y tuvimos la suerte de contar con una compañera que trabajó por muchos años como abogada para empresas japonesas como la Mitsubishi. Tanto por la obra como por las diversas aportaciones, supimos que esta sociedad tiene tradiciones muy castrantes, sobre todo para las mujeres que no tienen más lugar que tras un hombre, sin aspirar siquiera a que la quieran pues en su concepción es mejor no querer para no sufrir, no tener aspiraciones para no verlas fracasadas. Son tan cuadriculados que la jerarquía la llevan a extremos irracionales, el mismo título de la obra se refiere a la actitud que se debe tener ante el Emperador, se debe uno presentar con estupor y temblores, con miedo, sobrecogido, consciente de nuestra insignificancia, dispuestos a obedecer cualquier cosa que te ordenen.

    Aunque la protagonista parece incoherente, alguna socia apunto a que ella había vivido en Japón y que por este motivo entendía hasta cierto punto las costumbres, de esa manera, aguanta todo tipo de humillaciones y persevera en las tareas. Otra compañera afirmó haber sentido “estupor” al comprobar la pérdida de dignidad constante a la que se ve abocada la protagonista y si no estarían nuestros universitarios sufriendo tratos semejantes en sus aventuras laborales en el extranjero.

     Hay quien atribuyó a la espiritualidad el hecho de la constante atención a las ventanas, ventanas hacia la libertad, un escape para aguantar órdenes que un occidental no aguantaría, como fotocopiar indefinidamente las reglas del golf por no cuadrar exactamente cada hoja. Y es que la propia protagonista en una de sus confesiones admite que ella desde pequeña había evolucionado desde querer ser Dios, luego Jesucristo y finalmente mártir.

   Coincidimos en que el retrato de la sociedad japonesa que se nos hacía difería del concepto de educados que teníamos de ellos. Luego, nos planteamos que esa educación de la que hablamos es la nuestra y que nosotros podríamos parecerle a ellos igual de raros. Recordamos a Lorca en “La Casa de Bernarda Alba” y admitimos que nosotros también hemos tenido costumbres y normas muy castrantes, sobre todo para las mujeres. De hecho mucha de estas normas, no sólo las nuestras, sirven para controlar la población, son eficaces contra la individualidad y la libertad que puede resultar muy peligrosa para el status quo.

    Todas coincidimos en que la obra está muy bien escrita. La ironía y el sentido del humor reporta momentos brillantes. Es una obra corta, como la mayoría de las de Nothomb y se agradece, últimamente hay libros muy largos que no ofrecen tanta satisfacción como este.

    “Estupor y Temblores” nos enseña que no se puede ir a otra cultura y no respetar sus costumbres, para no tener problemas lo mejor es estudiar e investigar los usos, sobre todo si es una sociedad tan complicada como la nipona que es capaz de dejar de saber japonés sólo porque tu superior se lo ordene. Alguna compañera se preguntó cómo estaría encajando las nuevas tendencias en la sociedad de Japón, se refería a las los mangas, las lolitas y todas esas extrañas tribus urbanas que conviven en la actualidad con las más férreas reglas de comportamiento.

    Finalmente, reflexionamos sobre el difícil papel de la mujer en Japón, incluso en la actualidad son mínimas las cifras sobre féminas en situación de dirección o poder. Además, sufren un grave conflicto entre la vida laboral y la familiar, de manera que si tienen éxito en el trabajo y con veinticinco no están casadas son un fracaso para su familia. 


        Fubuki Mori, la jefe directa de la protagonista era una mujer agria, soltera con más de veinticinco, que sólo tuvo un momento de gloria en todo el libro. Fue al escribir una felicitación a la protagonista por el éxito de su novela. Se la escribió en japonés, como si por fin la considerara en parte digna de su cultura.

    La tertulia fue muy interesante, además se trataron otros temas como los resultados de la última asamblea local donde fue reelegida Dña. Garbiñe Larrazábal que será ayudada por un buen número de comités, una socia secretaria, una tesorera y todas las que queramos aportar algo de trabajo. Nos llenó de alegría saber que este año daremos cinco becas más y cabe la posibilidad de instaurar otra con el nombre de la benefactora.

    Como ocurre cada trimestre, tuvimos que elegir próximas lecturas, decidimos:
-        “Alicia en el País de las Maravillas” de Lewis Carroll para el 23 de Mayo
-        “El Aleph” de José Luís Borges para Junio
-        “Padres e Hijos” de Iván Turguenev para Julio


    Y como colofón contar que estamos muy satisfechas por el resultado de nuestro cineforum, en el que se proyectan y se discuten películas de calidad, sin perder el objetivo de recaudar fondos para las becas de chicas de Marbella-San Pedro brillantes y con necesidad de un empujoncito económico. Este mes veremos “Matar a un Ruiseñor” (To Kill a Mockingbird), película estadounidense dirigida por Robert Mulligan, sobre un guión de Horton Foote y protagonizada por Gregory Peck, basado en la novela homónima de la escritora Harper Lee y que fue galardonada con el Premio Pulitzer en 1961.

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