El pasado jueves se inauguró en la Galería Yusto&Giner la
exposición “Olam Haba-The world to come” del artista Daniel Solomons, una
propuesta comprometida que pretende mostrarnos el movimiento entre la presencia
y la ausencia de la identidad judía en el marco del Día Internacional de la
Memoria del Holocausto y la Prevención de crímenes contra la humanidad.
Las paredes de la galería lucieron
fotografías de perfecta factura técnica y de un impacto sereno, edificios de
Londres donde antes había una sinagoga o una escuela judía y que en estos
momentos tienen las más diferentes utilidades que podemos imaginar y por el
contrario, también tenemos otros edificios que tienen una función religiosa y
que hasta hace bien poco tenían otros usos.
Las cartelas forman parte de la colección,
las explicaciones de la identidad antigua y actual de los edificios conceden el
concepto necesario para comprender el propósito del artista, un hombre sobre el
que ha caído la responsabilidad de ser el último Salomons de su familia, de
modo que la trascendencia de este antiquísimo clan depende de él. Y no sólo le
pesa la genética, también y mucho, la memoria, por eso su empeño en que todos
tomemos parte en ella como seguro de continuidad.
Una escultura flotante y una serie de
dibujos sincréticos completan la exposición, esta última parte son la parte
material del acto artístico de la búsqueda de todos estos lugares de la cultura
judía en Londres y los trazos, el sendero grabado gracias a un GPS, con sus
desniveles incluidos.
En la actualidad muchos de estos lugares,
que se encuentran en el East End, están en el actual barrio londinense más
concurrido por musulmanes. Y esun hecho que hace unos años había un censo de
250.000 judíos en Londres y en la actualidad queda esa cifra en todo el Reino
Unido.
Una de las fotografías que más me ha
gustado es el autorretrato del artista de espaldas y con su kipá, una prenda
que los judíos usan como signo externo de respeto a Dios, un símbolo de
identidad que el artista siente la responsabilidad de visibilizar.
Esta muestra forma parte de un proyecto más
grande que tiene que ver con la situación de los judíos en el mundo con
exponente en Londres. Hay también una parte social que el artista no ha traído
y que podemos atisbar ya que en este momento están en estado de máxima
seguridad, protegen las entradas a sus edificios culturales y religiosos porque
son objetivo del terrorismo islámico.
Esta muestra es valiente, de gran impacto y
da para una buena tertulia artística. No se la pierdan, estará en nuestra
ciudad hasta el tres de marzo.
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