Una vez más nos hemos reunido para
compartir sobre un libro que en esta ocasión ha tenido una acogida
contradictoria. A todas las socias nos ha parecido lento, anodino, aburrido,
falto de pasión, con personajes que no tienen interés por nadie, como mínimo
hasta la mitad de sus páginas. También ha resultado con una sospecha de pésima
traducción, de incoherencias argumentales y con soluciones poco literarias en
la estructura. Hubo quien dijo que el libro no tiene sentido. Otras que les
había deprimido.
Por otra parte, la lectura ha merecida la
pena para muchas socias por el contacto con la filosofía oriental, por otra
medida del tiempo, por una gestión de las emociones que nos asombra a los
mediterráneos. También nos ha interesado el catálogo gastronómico que se
distribuye en sus páginas, el gusto por lo antiguo, lo cuidadoso, el cultivo
por los ingredientes y las presentaciones que en el caso de la protagonista
llega al extremo de hacer copias de cuadros como “El Grito” de Munch.
Una socia comentó que nuestra tertulia
había sido más interesante que la novela. Y es que suscitó buenas discusiones
en torno a temas que trata, aunque el autor lo presente de forma superficial.
La subrogación maternal o vientre de alquiler nos hizo debatir sobre la
utilización de la mujer como una incubadora, todas concluimos que, aunque se
pueda hacer es doloroso para la gestante y que sólo se hace por dinero o por
amor, como en el caso de la protagonista. Otra discusión posible que se apuntó
es si todo vale.
Otro tema es la esterilidad, tanto
masculina como femenina, aunque como pudimos concluir es un sentimiento
diferente en hombre y mujeres, perder la masculinidad/no servir para nada, hace
sentir desgraciadas a muchas personas que quizás no tengan tanta necesidad de
ser padres como de atender una exigencia social, los convencionalismos. Esto
reduce al individuo a su faceta reproductiva, no teniendo en cuenta el resto de
sus puntos fuertes personales y sociales.
Una socia nos advirtió de que el libro en
el fondo habla de la vida y la muerte, atendiendo a la maternidad y al personaje
que se muere de cáncer. También trata de la locura y del amor, la locura
provocada por el dolor de tener que ceder el hijo gestado y como apuntó otra
socia, una posible eclampsia, con síntomas de perturbación mental. Ante esta
debilidad mental llama la atención el amor del marido por una mujer a la que
sigue incluso en su locura.
Si bien es cierto que, esto podría dar la
idea de una relación pasional, el caso es que el marido Shun’ichi no da
síntomas de ser una persona visceral en todo el libro, es apático, gris, conformista,
poco comunicativo por más que es el narrador. Hubo incluso una discusión sobre
si el protagonista es ella o él, ya que ella en realidad es una “Maruja” obsesiva
con las pequeñas cosas, poco interesante, y la posición de él ante ella es casi
tan importante por alarmantemente pasiva.
Por mucho que algunas hayamos querido ver
la idiosincrasia del carácter japonés en los personajes, la verdad es que según
se deduce, son, además de japoneses, especialmente asociales, extraños,
aislados e incomunicados hasta para esta cultura poco dada a mostrar las
emociones, un ejemplode deshumanización. Ambos, tienen un pasado castrante, insensibilizador,
el de él es conocido, su matrimonio, su infertilidad, el de ella se vislumbra
por su llanto, su comportamiento obsesivo con las máquinas, lo que sientan la
base argumental de su fragilidad mental, poco apropiada para ejercer de madre
de alquiler.
El libro cuesta seguirlo al principio por
el detalle excesivo en las pequeñas cosas sin importancia para la historia, las
comidas, los paseos, rutinas simbólicas, obsesivas o/y recurrentes. Que llegan
a abrir y cerrar ciclos nimios, como el curry con el que empieza y acaba, un
detalle más de la rigidez mental de los protagonistas.
En fin, un libro fácil de leer, pero con
dificultad para encontrarle una coherencia. Habrá que ver si esta desconexión
es producto de una traducción poco anclada a la cultura japonesa o si el
escritor de “Un Grito de Amor desde el Centro del Mundo”, con el que el autor
llegó a ser muy reconocido, ha pinchado con esta edición.
La tertulia llegó a su fin y las Mujeres
Universitarias de Marbella quedamos emplazadas para una comida institucional en
el Hotel San Cristobal el 21 de Febrero del presente y el 20 de Marzo en el
Marbella Club para la tertulia de “El Atentado” de Yasmina Khadra.
Buenísimo resumen de una buena Tertulia.
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