La escritora
llegó con puntualidad británica, fue presentada personalmente a todas las
asistentes y se puso a nuestra disposición para aceptar las críticas y
contestar nuestras inquietudes por más de tres horas.
Tras las
presentaciones se inició la ronda de opiniones siendo la apreciación más
recursiva la gran impresión que había causado “Leche”. Todas estábamos
conmovidas por los temas y por su técnica de exposición. Sí es cierto que
algunas no sabían decir si le había gustado o no, o si se podría decir que la
obra de Marina gusta o no, no se trata de un paisaje neutro, ni de una temática
cómoda, las relaciones con padres desnaturalizados, la enfermedad de la guerra,
el sexo diverso, el japonismo más inquietante… La genialidad de Marina está en
la creación de universos inimaginables, “imaginar lo inimaginable”, como
apuntaron nuestras cultivadas tertulianas, con una prosa preciosista, donde se estima
el trabajo inconformista, con metáforas, símiles y adjetivos que fueron
apreciados por su originalidad, inteligencia y estética. La autora confesó que
se trabaja tanto su técnica lírica que recurre a su metrónomo, reminiscencia de
su formación musical, para dirigir el ritmo con el que progresa su prosa.
La esperanza,
la adaptabilidad, el rincón positivo dentro de la atrocidad, de la
extravagancia, del suspense “cienciaficcionano” es un contrapunto que la
Perezagua imbuye a sus relatos cortos, así fue puesto de manifiesto por varias socias
que encontraron muy necesaria la lectura de estas pequeñas joyas, edificantes y
conmovedoras, necesarias para sentir, para apremiar la conciencia de vivir.
Entramos en
debate sobre la importancia del relato corto en Sudamérica en contraposición
con Europa donde a veces, equivocadamente según la opinión de algunas
participantes, se le considera un género menor, como si quien escribiera un
relato no fuese capaz de escribir una novela. Recordamos la importancia de
grandes autores como Borges, Poe, Cortázar o García Márquez y de la complejidad
de la técnica, reconociendo en conjunto que Marina es una escritora con un
presente pleno de herramientas, creatividad y conocimientos para hacerlo
superlativo.
Hubo numerosas
aportaciones sobre las alusiones a autores clásicos como Skakespeare y
contemporáneos, denotando el gran bagaje cultural de la escritura y la
facilidad para ponerlo en alza sin pasar por el barroquismo o la jactancia. Así
mismo, hubo referencias a películas y obras de arte que han influido en el
inconsciente y a veces en el consciente de la escritora a la hora de dar cuerpo
a sus relatos, “El Gran Azul”, “Mi Querida Señorita” y especialmente a la
japonesa Okuribito” (“Despedidas”) de Yojiro Takita como muestra de esa
diversidad sexual que obsesiona a la escritora, no en vano está trabajando es
su Doctorado sobre la Intersexualidad en la literatura, tema que causará con
toda probabilidad una revolución en los movimientos críticos literarios, como
bien ha apuntado nuestra presidenta, Garbiñe Larrazábal, Marina va más allá del punto de vista Queer,
la “gay-lesbian” Critic es demasiado encorsetada para la mentalidad absolutamente
“gran-angular” de la Perezagua.
Es necesario decir
que alguna socia insistió en que hubiera un motivo de denuncia de la pederastia
o de la guerra que justificaran las duras imágenes dibujadas por el verbo de
Marina, sin embargo la autora afirmó que su intención no es la denuncia, más
bien la comprensión, la tolerancia del ser y el apreciar que en toda tr agedia
hay, horriblemente, algo positivo.
Marbella, 22 de Enero de 2.014
Ana E.Venegas
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